
Amanece la ciudad silenciosa
Nubes grises encapotan el cielo
de ellas cae una fina lluvia como hielo
Me moja y me entumece sigilosa
para empapar de nieve mi corazón
y ya no volver a sentir, ni padecer
porque estas entrañas van a fenecer
de sufrimiento por una desazón
amar sin medida una ilusión
que se desvanece en el horizonte
despues de descubrir su traición
deja ver su verdadera razón
la de ser yo, un capricho de su mente
que al cansarse la tira al callejón
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